Proyecto y equipo

Para identificar de manera efectiva la presencia del siluro en el Bajo Guadalquivir utilizaremos las siguientes técnicas.

ADN ambiental

Los organismos liberan ADN en su entorno a través de la piel, las escamas, las heces y otros fluidos corporales. Tomaremos muestras de agua y sedimentos y analizaremos el ADN ambiental presente en ellas. La presencia de un marcador molecular específico o de secuencias de ADN nos indicarán la presencia del siluro.

Ecosonda de haz partido

Una ecosonda de haz partido emite ondas de sonido y luego detecta los ecos que regresan de los objetos en el agua, incluidos los peces. La fuerza del eco reflejado puede indicar el tamaño de un pez y/o la cantidad de individuos. Realizaremos ecosondeos  geo-referenciados a tiempo real mediante el uso de un GPS simultaneado y registrado en ordenador para su posterior análisis en el laboratorio.

Prospección extractiva

Para la captura directa de ejemplares utilizaremos diversos artes de pesca: redes de branquias, trasmallos, palangres y pesca eléctrica. Actuaremos en aquellas zonas más calientes indicadas por los resultados del ADN ambiental y por las prospecciones hidroacústicas.

Procesaremos in situ los ejemplares capturados. Cada ejemplar se pesará y medirá. Se extirparán los radios espinosos de las aletas pectorales para determinar su edad. Igualmente, los ovarios se congelarán y trasladarán al laboratorio para el estudio de la fecundidad de la especie.

Los estómagos se extraerán y se conservarán congelados hasta su posterior análisis en laboratorio.

Por último, se obtendrán muestras de músculo para el análisis isotópico y metabolómico, lo que servirá para conocer el espectro trófico.